La tala ilegal es un problema generalizado y omnipresente en Perú: se estima que la ilegalidad alcanza un nivel de hasta 80% de la madera exportada. La tala ilegal destruye ecosistemas forestales, amenaza la biodiversidad, perjudica a las comunidades que dependen de los bosques y da lugar a graves violaciones de los derechos humanos contra los defensores del medio ambiente. De cara a la mitigación del cambio climático, también socava los esfuerzos de Perú para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector forestal.